Hace casi 20 años ya que me recibí de contadora, todavía recuerdo el día que me dieron el título, de toda la expectativa y la energía que tenía en ese momento, tenía toda mi vida profesional por delante y algunas decisiones que tomar.
En ese momento esas decisiones parecían cruciales, definitivas, trabajar independiente o buscar trabajo en un estudio o empresa, hacer un posgrado ya o esperar, es una etapa donde el entusiasmo por todo lo que estaba por venir era motivación suficiente.
Y los años pasaron rápido, porque la vida se pasa, aunque uno no quiera verlo. Cuando disfrutas lo que haces, te das cuenta el tiempo que pasó solo cuando miras para atrás y ves el camino recorrido. Yo soy o era de las que no miran para atrás, siempre pensando en mañana, no me di el tiempo para disfrutar los pequeños logros diarios.
Pero llega un momento, en el que miras para adelante y ves lo mismo que ayer (en nuestro caso, vemos incertidumbre y más tareas) y mantenerse entusiasmado con el trabajo se hace difícil. Seguimos dedicando muchas horas a nuestra profesión, pero ya no sé si tanto porque queremos, sino porque no nos queda otra.
Es un tema que se repite en conversaciones con distintos colegas, esa sensación desesperante de ver que nunca terminas de trabajar, siempre quedan pendientes, apagas la compu solo porque ya se hizo tarde no porque terminaste todo lo que tenías que hacer. Y eso agota mental y emocionalmente.
La motivación varía de colega en colega, para algunos la motivación es netamente económica, para otros el reconocimiento de sus pares, para otros llega a ocupar cierta posición dentro del estudio o empresa donde se desarrolla, etc.
También hay algunos para quiénes la única opción es abandonar la profesión, reconvertirse, trabajar de otra cosa o hasta jubilarse dependiendo de la edad y las ganas.
¿Qué hacer para mantener el entusiasmo?
- Tomar cada nuevo tema que surge con un enfoque proactivo, como la posibilidad de aprender algo nuevo.
- Participar en redes y grupos de colegas, compartir experiencias no solo aliviana la carga del día a día, sino que también nos permite ampliar nuestra visión sobre el ejercicio de la profesión.
- Reservar un tiempo para nosotros, para hacer otra cosa. Si me preguntan a mí cualquier actividad física, caminar, correr, andar en bici, lo que les guste. Esta profesión es muy sedentaria y con los años esa acumulación de “horas sillas” se empieza a sentir.