Conozco varios colegas que siempre suelen mencionar en las conversaciones la cantidad de clientes que tienen, ese número mágico que no tiene límites y que siempre están dispuestos a aumentar.
Cuando los escucho con atención dos pensamientos cruzan mi cabeza en forma consecutiva, el primero es “que desastre yo no tengo ni un cuarto de la cantidad de clientes que ellos tienen” y me invade una sensación de desesperanza totalmente ilógica que me deja en un estado de tristeza y nostalgia.
Nostalgia porque hace más de 10 años antes de empezar con esta pagina yo era igual y por alguna razón tener cada vez más clientes me hacía sentir que era una mejor profesional, más exitosa, etc.
Y es ahí, en ese momento nostálgico, cuando el segundo pensamiento que cruza mi mente viene a rescatarme, justo en el momento en el cual mis colegas comienzan a describir sobre cómo es un día en sus vidas, sobre el escaso tiempo que les queda en la semana para ocuparse un poquito de ellos mismos y su familia y principalmente cuando me dicen “que no van a poder seguir sosteniendo ese ritmo para siempre”, es ahí que recuerdo que “yo ya no quiero eso” y una sensación de alivio me hace sentir mejor.
No fue ni es fácil para mi decirle no a un nuevo trabajo o un nuevo cliente, todos necesitamos trabajar para poder pagar las cuentas pero en algún punto todos necesitamos encontrar nuestro equilibrio, nuestro límite.
Dependerá de la estructura y de las expectativas en relación al ejercicio de esta profesión que cada uno posea, ese límite es muy personal y totalmente válido para cada uno pero es necesario conocerlo y actuar en consecuencia.
No es sencillo, pero en algún momento habría que plantearse claramente hasta donde estamos dispuesto a trabajar.
Para armar mi lista de límites, tuve que tomar decisiones sobre lo siguiente:
- Fijar un cupo de trabajo Ad Honorem (cubierto 100% por pariente). Cubierto el cupo no tomó mas trabajos de onda.
- El horario de entrada y de salida. Este es el límite que mas me cuesta mantener (cuando empecé a trabajar, hace ya muchos años, entraba a las 10 am ahora comienzo a las 8 am).
- Decidir cuantos días a la semana estoy dispuesta a trabajar. (En una época el sábado contaba como día laboral hasta las 17 hs., mi límite cambio y es sólo trabajar los sábado en períodos de mucho trabajo como este).
- Determinar el tamaño de mi estudio, hasta donde quiero crecer (Me ayudo mucho hacerme la siguiente pregunta ¿Para qué? ¿Cúal es mi objetivo?).
- Los honorarios a cobrar por mi trabajo profesional.
¿Cuáles son sus límites?, tomense un ratito en este domingo gris y cuentenme que decisiones de este tipo han tenido que tomar en su vida profesional.