Un costo hundido son aquellos gastos en los cuales ya se ha incurrido y que no se pueden recuperar en el futuro. Es una inversión de tiempo, dinero u otros recursos (como nuestros conocimientos) en algo o alguien que nunca generará un retorno positivo.
La falacia del costo hundido se da cuando continuamos con ese algo o alguien por temor de perder todo lo invertido. Es decir, continuamos empleando recursos en algo para sustentarlo, aunque no sea rentable.
¿Cómo nos afecta a los contadores?
Todo alguna vez hemos caído en esta falacia y nos quedamos estancados con un proyecto, un cliente o incluso en una carrera por el solo hecho de haber invertido mucho tiempo, dinero y esfuerzo, nos negamos a dejar.
No hay dudas de que cuantos más recursos invertimos en un proyecto, más nos atamos a este y más difícil es abandonarlo. A nadie le gusta perder, pero persistir con algo o alguien por miedo a desperdiciar todo lo invertido puede tener efectos muchos mas costosos a largo plazo. La vida es corta.
Quién no tiene un cliente en el cual invierte muchas horas de trabajo y que a la hora de cobrar los honorarios se hace imposible ajustarlos a un valor acorde al esfuerzo realizado o directamente se hace imposible cobrarlos, aumentando mes a mes un crédito que es incobrable y sin embargo seguimos trabajando con este cliente, tenemos miedo de perderlo.
O invertimos en un Software o Sistema contable solo para darnos cuenta que no se adapta a nuestras necesidades, es un costo en el que ya incurrimos y que no podemos recuperar, así que continuamos utilizando esa herramienta, aunque no sea eficiente.
O quizás comenzaste otra carrera y te das cuenta que no te gusta, pero ya estás a la mitad y utilizaste parte de tus ahorros y tiempo en esto, por lo cual dejarla implicaría asumir la pérdida (Aunque en el caso de los estudios, creo que nunca es una pérdida de tiempo).
Creo que cada uno de nosotros tiene su versión personal de costo hundido.
¿El que abandona no tiene premio?
La falacia del costo hundido implica mantener todos los esfuerzos hacia algo que ya no nos hace felices.
Creo en la perseverancia como una de las mejores cualidades que puede tener una persona, creo que es una habilidad que permite equiparar a aquellos que naturalmente tienen más facilidad para ciertas tareas o actividades con aquellos que realmente desean algo.
Sin embargo, a veces esta persistencia puede generar más daño que beneficio, especialmente cuando se enfoca toda la energía en algo que nunca va a compensar nuestro esfuerzo.
¿Qué hago yo para tratar de no caer en esta trampa?
- Trato de no mentirme a mi misma. Es lo más difícil porque solemos buscar excusas para justificar nuestras decisiones de continuar con algo.
- No considero que ninguna experiencia es una pérdida absoluta, siempre se aprende. Lo que es una pérdida es seguir insistiendo con algo que no funciona.
- Busco hablar lo que me está pasando con alguien cuya opinión o visión valoro y por lo general encuentro una nueva perspectiva de la situación.
¿Cayeron alguna vez en esta trampa del “costo hundido”? ¿Qué decisiones tomaron para solucionarlo?