El aislamiento preventivo decretado hace 10 días produjo un cambio instantáneo en nuestra realidad profesional. De un día para el otro nos vimos corriendo a buscar la notebook al estudio, a buscar e instalar programas para trabajar en forma remota desde nuestros hogares y a buscar opciones para poder realizar reuniones en forma digital.
Claro que no a todos nos encontró en el mismo lugar, más allá de la estructura del estudio de cada uno, hay colegas que ya estaban preparados para afrontar una crisis de este tipo y que incluso ya habían implementado el “home office” uno o dos días por semana, mientras que hay otros que no estaban en absoluto preparados para afrontar esta situación.
No es lo mismo pasar por una transformación tecnológica planeada paso a paso que chocarse con la urgencia de tener que hacer cambios importantes en medio del aislamiento con el desgaste que estas alteraciones generan en nuestra vida laboral.
Punto de inflexión
No hay dudas que lo que estamos viviendo es una crisis y pasados ya estos primeros 10 días empezamos a adaptarnos de a poco a esta nueva realidad.
Pero antes de caer en una nueva rutina, podríamos aprovechar este domingo para procesar la experiencia personal de cada uno y tomar algunas decisiones que tal vez ya no debamos seguir postergando.
Algunas cuestiones para replantearnos
- ¿Qué herramientas todavía me están haciendo falta para poder continuar con el ejercicio de la profesión desde mi hogar? ¿Cuáles son las más adecuadas para mí? ¿Por qué no quise utilizarlas hasta ahora?
- ¿Qué tareas o actividades estaba realizando hasta hoy que frente al asilamiento ya no tienen sentido o pueden ser mejoradas? ¿Busque alternativas para poder automatizar esta tarea?
- ¿Cuál fue la reacción de los clientes frente a esta nueva situación? ¿Están los clientes en condiciones de afrontar cambios tecnológicos en su administración? ¿Conozco alternativas para ofrecerles en esta nueva realidad?
- ¿Qué pasa si me enfermo? Si tenía armado un plan de contingencia para crisis quizás debería actualizarlo y adaptarlo a esta nueva realidad, si no tenía un plan quizás sea hora de comenzar a armar uno.
- No son preguntas fáciles y seguramente las hayamos evitado por bastante tiempo, siempre con la premisa de que lo urgente tapa lo importante, pero quizás sea esta la oportunidad para tomar esas decisiones que hoy ya no pueden esperar.
Me encantaría leerlos a todos, a los que ya vienen con los cambios tecnológicos incorporados como a aquellos que sienten que necesitan ayuda o recomendaciones o ideas frente a su problemática particular.