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Ser contador – un deporte de contacto ¿Cómo soportar los golpes?

Al igual que en los deportes de contacto, los contadores recibimos en el ejercicio de nuestra profesión, golpes de todos lados. Al ser un nexo entre los contribuyentes y los organismos de recaudación, soportamos por partida doble el impacto de cada cambio normativo, de cada traba en el ejercicio de tareas que deberían ser sencillas, en cada nueva tarea que se suma y debemos presupuestar.

No voy a enumerar lo que vivimos día a día al ejercer la profesión en este país porque sé que cada uno de ustedes (al igual que yo) acumula varios golpes en su haber, sino que tratando siempre de buscar maneras de lidiar con esta realidad que parece imposible de cambiar, me pregunto ¿Qué pasaría si nos mentalizamos que ser contador es un deporte de contacto?

 

¿CÓMO SOPORTAR LOS GOLPES?

 

  1. Estar preparado y dar lo mejor

Cada día laboral es subirse al ring y para eso es necesario estar listo. Lo cual requiere de todo el entrenamiento previo que pueda obtener, para eso debo mantenerme actualizado y capacitado para una profesión en constante cambio.

Sin embargo, es imposible saberlo todo, por más preparados que estemos, nuestra profesión tiene una complejidad normativa muy alta, por lo cual siempre encontraremos nuevos desafíos que enfrentar.

  1. Adaptarnos

Las exigencias son muchas y variadas, por lo que es imprescindible saber adaptarse y actuar en consecuencia dependiendo del objetivo que persigamos y quién este delante de nosotros en “el ring”. No hay que tenerle miedo al cambio. Revisar que tareas diarias pueden ser automatizadas y adoptar herramientas nuevas que faciliten nuestro trabajo y disminuyan la posibilidad de cometer errores, son dos formas de adaptarnos a una época que nos ofrece posibilidades como ninguna otra.

  1. Aprender de nuestras derrotas

No conozco a nadie que haya ganado todas sus peleas, es imposible esquivar todos los golpes, siempre por alguna razón todos vamos a tener que soportar un par de piñas y esto ya va más allá de lo profesional, nuestro trabajo (que puede ser impecable) impacta también en nuestra vida personal y en nuestra salud. A veces necesitamos un sacudón para volver a encontrar nuestro equilibrio. El único que realmente pierde es el que no aprende de sus errores.

  1. No bajar los brazos

No todos tenemos la misma tolerancia al dolor, ni a las situaciones estresantes, ni la misma capacidad de trabajo, para poder continuar ejerciendo la profesión cada uno debe buscar que es lo que lo motiva a seguir.

Necesitamos ser honestos cono nosotros mismos sobre que metas estamos persiguiendo, si no sabemos para que estamos dando pelea y soportando los golpes, se hace mucho más difícil no darse por vencido.

  1. Siempre existe la posibilidad de colgar los guantes

Cuando uno recién comienza, con toda la energía y expectativas de estar recién recibido, a pesar de los contratiempos es normal que perseveremos hasta lograr nuestros objetivos pero con el paso de los años y el desgaste constante se hace difícil mantener la guardia alta y los golpes duelen un poco más.

La profesión que elegiste, no te define ni te limita, nunca es tarde para colgar los guantes y reinventarnos si eso es lo que realmente queremos.

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