Creo que uno de los motivos por los cuales los profesionales optamos por desarrollarnos en forma independiente es la idea de “libertad” que la rodea. Ser un contador independiente nos debería permitir:
- Manejar nuestra agenda y nuestros horarios: siendo nuestros propios jefes, podríamos decidir a qué hora comienza nuestro día laboral y a qué hora termina y administrar nuestro tiempo en función a nuestras necesidades.
- Decidir que trabajos queremos realizar: si una tarea o a actividad no me gusta o interesa, podría derivarla a otro colega. Si tengo un cliente con el que ya no quiero trabajar tendría la posibilidad de terminar con la prestación del servicio.
- Fijar cuanto vale nuestro tiempo y conocimiento: Deberíamos poder establecer nuestros honorarios basados en lo que nosotros consideramos que realmente implica nuestras tareas.
Escribo en condicional ya que la realidad de cada uno puede estar mas o menos alejada de las posibilidades que el ejercicio independiente de la profesión “debería” brindarnos. Y si bien solemos adaptarnos a que las cosas a veces no son como uno desea, hay una época del año donde realmente vemos como la idea de “libertad” desparece, las vacaciones.
¿Puede el contador independiente tomarse vacaciones?
El solo hecho de pensar todo lo que implica laboralmente tomarnos un descanso, suele estresarnos, los factores para elegir cuando tomarnos vacaciones están supeditados a nuestras obligaciones y por supuesto a los vencimientos de las mismas.
Poder hacer un corte en el ejercicio de nuestra actividad genera todo un movimiento interno cuya magnitud dependerá del tamaño de nuestro estudio y si tenemos colaboradores o trabajamos en solitario.
Aspectos a considerar ¿Qué deberíamos definir?
- El momento en función a nuestras obligaciones: No hay dudas que los vencimientos marcan nuestra agenda, lamentablemente no podemos quedarnos a la espera de que finalmente en algún momento alguien escuche nuestra necesidad de una feria fiscal, por lo que cada uno decidirá cuando su trabajo le permite hacer el corte. Claro que esto también está supeditado a aquellos colegas con hijos en edad escolar donde las fechas se reducen aún más.
- Como anticipar el trabajo de ese mes: Planificar por adelantado el trabajo de ese período que vamos a estar de vacaciones es fundamental, para esto también es necesario conversar previamente con los clientes para avisarles y pedirles el envío de la información con la mayor anticipación posible. Esto no es fácil, vivimos corriendo detrás de una lista de pendientes, que solo será más grande cuando volvamos de las vacaciones, por lo cual vamos a tener que seleccionar aquellas tareas que seguirán quedando pendientes y cuales deberíamos resolver antes de irnos.
- Decidir si vamos a responder mails, llamadas o mensajes de WhatsApp: Esta es una decisión muy personal y cada uno deberá decidir con que se siente más cómodo, pero es muy común que al cliente le surja mucha necesidad de su contador/a justo cuando este está de vacaciones. Tomar la decisión por adelantado y activar respuestas automáticas por adelantado nos puede ayudar a no tener que decidir si respondemos o no durante las vacaciones.
- Si vamos a llevar el trabajo a las vacaciones: Tema polémico si lo hay, unas buenas vacaciones implican “desconectarnos” de nuestras obligaciones, pero dependiendo de la realidad profesional de cada uno, esto no siempre es posible.
- Programar la cobranza de honorarios: Si le avisamos a los clientes que por un plazo de tiempo estaremos de vacaciones, puede suceder que el cliente “olvide” durante ese mes abonar nuestros honorarios, especialmente aquellos remolones que esperan siempre nuestro mail o llamada antes de pagar. Gestionar la cobranza, mediante el envío anticipado de un mail o llamada puede ser una buena opción para nuestras finanzas.
- Derivar temporalmente algunas tareas en algún colega o colaborador: Dependiendo como este conformada nuestra estructura y del tiempo y calidad de descanso que queramos tomarnos la posibilidad de derivar parte de nuestras tareas por un tiempo determinado, pueden ser una solución en ciertos casos.
La necesidad de poder definir todos estos puntos es prioritaria, deberían convertirse en una especie de “protocolo de emergencia” para nosotros, porque la necesidad de cortar con nuestra actividad no siempre corresponde a una decisión agradable como “tomarnos vacaciones”, a veces la vida nos cruza obstáculos que nos obligan a “cortar” y siempre es mejor estar preparados por si eso ocurre.
A continuación, les el resultado de la encuesta realizada.